«El lavado de manos con agua y jabón es una práctica simple pero poderosa que salva vidas. Este hábito diario para prevenir enfermedades y proteger nuestra salud.»
El lavado de manos adecuado puede prevenir la propagación de numerosas enfermedades, incluidas infecciones respiratorias y gastrointestinales. Es un hábito fundamental para proteger la salud de todos.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), hasta un 80% de las enfermedades infecciosas se transmiten a través del contacto con las manos. Esta estadística refuerza la necesidad de promover este hábito desde la infancia, enseñando a los más pequeños a cuidar de su salud y la de los demás.
Beneficios del lavado de manos con agua y jabón
- Previene la propagación de virus, bacterias y otros gérmenes.
- Reduce el riesgo de enfermedades diarreicas y respiratorias, que son responsables de numerosas muertes cada año, especialmente en niños menores de cinco años.
- Es clave para evitar la transmisión de enfermedades en lugares con alta concentración de personas, como escuelas, hospitales y oficinas.
Paso a paso para un lavado de manos efectivo
- Mójate las manos con agua.
- Aplica una cantidad suficiente de jabón para cubrir completamente las manos.
- Frota las palmas de las manos entre sí.
- Frota la palma de una mano sobre el dorso de la mano contraria.
- Entrelaza los dedos y frota las palmas entre sí.
- Frota el dorso de los dedos con la palma de la mano opuesta, agarrando los dedos.
- Frota el pulgar haciendo una rotación, atrapando con la mano opuesta.
- Frota la punta de los dedos sobre la palma de la mano opuesta haciendo un movimiento de rotación.
- Enjuágate las manos con agua.
- Sécate con una toalla desechable.
- Usa la toalla para cerrar la llave, la pluma o el grifo.
- ¡Tus manos son seguras!
5 momentos clave para lavarse las manos
- Antes de comer o preparar alimentos.
- Después de usar el baño.
- Después de toser, estornudar o sonarse la nariz.
- Después de tocar superficies de uso público, como pasamanos o picaportes.
- Antes y después de cuidar a alguien que está enfermo.
El lavado de manos es una herramienta sencilla pero poderosa para proteger la salud. Esta acción cotidiana puede marcar la diferencia entre la salud y la enfermedad, e incluso salvar vidas. Promovamos juntos este hábito esencial y cuidemos de nosotros mismos y de quienes nos rodean.